Viernes, 04 Marzo 2022 01:26

Semana de ceniza

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miercoles de cenizaSe llama así a los cuatro días que preceden al primer domingo de Cuaresma.
 
Estos 4 días (contados desde el miércoles de ceniza hasta el sábado después de ceniza) quieren completar el número 40 de este tiempo de preparación a la Pascua. Teniendo en cuenta que si la Cuaresma empezara el domingo 1°, como quiera que termine el Jueves Santo por la tarde, las cinco semanas enteras, más los cinco días de la Semana Santa (del Domingo de Ramos al Jueves Santo) ya harían el número de cuarenta: 35 + 5.
 
Pero en un momento determinado de la historia se empezó a considerar como elemento primordial de la Cuaresma el ayuno: y eso hizo que se excluyeran del cómputo de los días los domingos, porque los domingos no se ayuna. Entonces había que «recuperar» días para que «se ayunase durante cuarenta días». Por eso el adelanto del inicio de la Cuaresma al miércoles anterior al primer domingo.
Estos días de ceniza los podemos considerar, por tanto, como un pórtico de la Cuaresma, un atrio de entrada que nos ayuda a dar el paso desde la vida cotidiana hacia un tiempo de conversión preparatoria de la Pascua. Siempre nos va bien aligerarnos de cosas superfluas y recapacitar sobre la dirección que lleva nuestra vida, para entrar así en la marcha hacia la Pascua.
Ceniza, camino de Pascua
 
El simbolismo de la ceniza es muy antiguo y popular. La ceniza es un signo de humildad que nos recuerda que el hombre está hecho del polvo de la tierra y es caduco. Abrahán, al dialogar con Dios sobre la salvación de Sodoma y Gomorra, reconoce que no tiene derecho a nada, porque es «polvo y ceniza».
La humildad aumenta y se tiñe de sentido penitencial cuando recordamos que además somos pecadores. No es extraño que ya en el AT la penitencia se expresara con la ceniza.
Al inicio de la Cuaresma, ya desde hace muchos siglos, la comunidad cristiana recibe en la frente el austero signo de la ceniza, después de que la lectura de la palabra nos ha invitado a la conversión.
El camino de la conversión pascual empieza con el símbolo de la ceniza y acaba en la Vigilia con el del fuego, el agua y la luz. Es una unidad dinámica, que quiere comprometer a cada cristiano en su seguimiento de Cristo y comunicarle la gracia pascual: a través de la renuncia y la cruz, hasta la nueva existencia de resucitados.
 
El destino es la Pascua, la vida. Pero el camino pasa también por la renuncia y la humildad. El «hombre viejo» tiene que dejar paso al «hombre nuevo».
 
 
miércoles
Jl 2, 12-18           Rasgad los corazones, no las vestiduras.
2 Co 5, 20-6,2     Dejaos reconciliar con Dios; ahora es el tiempo de la gracia.
Mt 6, 1-6.16-18   Tu Padre, que ve lo escondido, te recompensará.
 
jueves
Dt 30,15-20         Pongo delante de ti la bendición y la maldición
Lc 9,22-25          El que pierda su vida por mi causa, la salvará
 
viernes
Is 58,1-9a           ¿Es ése el ayuno que deseo?
Mt 9,14-15          Llegará un día en que se lleven al esposo y entonces ayunarán
 
sábado
Is 58,9b-14         Cuando partas tu pan con el hambriento, brillará tu luz en las tinieblas
Lc 5,27-32          No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan
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